El plan anunciado la semana pasada por el gobierno de EE.UU. para endurecer el embargo y “acelerar” una transición democrática en Cuba ha tenido, como era previsible, respuesta inmediata en la isla: las autoridades anunciaron la subida de los precios del combustible y de todos los artículos de venta en dólares, además de suspender “hasta nuevo aviso” las ventas de productos que se comercializan en esta moneda, excepto alimentos y artículos de higiene personal; en lo político, ya ha comenzado la movilización en los barrios y centros de trabajo para rechazar “las brutales y crueles medidas” norteamericanas.
