La incógnita Raúl Castro

02.01.2007 08:32
#1 La incógnita Raúl Castro
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Rey/Reina del Foro

La incógnita Raúl Castro
Por primera vez desde 1959 Fidel Castro no es el protagonista absoluto de la política en el 48º aniversario de la revolución cubana

MAURICIO VICENT - La Habana - 02/01/2007

Son muchos los cubanos que creen que habrá una paulatina apertura "a lo vietnamita"

Raúl encabeza un Gobierno que cada día parece más sólido y menos "provisional"

La revolución cubana cumplió ayer 48 años en condiciones excepcionales: por primera vez desde el 1 de enero 1959, no es Fidel Castro, sino su hermano Raúl, el protagonista de la escena política. Desde hace cinco meses, el jefe del Ejército cubano encabeza un Gobierno colectivo que cada día parece más sólido y menos "provisional" y que ha establecido ya un nuevo estilo de dirección, muy diferente al de Fidel en las formas.

Las últimas apariciones públicas de Raúl Castro han proyectado la imagen de que, se restablezca o no el comandante, Cuba se adentra en un nuevo momento político. Y muchos cubanos esperan que, poco a poco, en la isla empiecen a producirse cambios.

Las expectativas e incógnitas alrededor de lo que podría hacer el Gobierno de Raúl, sobre todo en el terreno económico, son tan grandes como el misterio que envuelve la salud de Fidel Castro.

Desde el 31 de julio pasado, cuando el líder comunista dio a conocer su enfermedad y delegó "provisionalmente" todos sus poderes en un equipo de siete personas, la línea oficial no es otra que el consabido "Fidel se recupera y regresará". Pero el tono de los últimos discursos de algunos dirigentes, y sobre todo las sonadas ausencias del mandatario en los homenajes por su 80º cumpleaños, parecieron confirmar los rumores que -dentro y fuera de la isla- apuntaban a un agravamiento súbito de la enfermedad del mandatario.

El viaje reciente a La Habana del médico español jefe del servicio de cirugía del hospital Gregorio Marañón, José Luís García Sabrido, para reconocer al comandante, sirvió para desmentir las especulaciones sobre un supuesto cáncer terminal y certificar la tesis oficial de la "recuperación lenta pero satisfactoria" de Castro. Sin embargo, las señales de que el Gobierno interino se consolida son visibles, e incluso muchos funcionarios parecen haber aceptado que si Fidel logra superar la crisis regresaría a la vida política en un papel más simbólico y alejado del día a día.

El 20 de diciembre, durante el acto de clausura del VII Congreso de la Federación de Estudiantes Universitarios, Raúl esbozó a las claras cuáles eran las características de su estilo de dirección y cuáles las líneas maestras para garantizar el relevo de Fidel y la "continuidad" de la revolución.

Ante los estudiantes, Raúl dijo lo que había dicho antes el vicepresidente Carlos Lage: Fidel es "insustituible" y nadie lo imitará, ahora o después de su muerte, porque fracasaría. El ministro de las Fuerzas Armadas -que no hay que olvidar, es también vicepresidente primero del Consejo de Estado y segundo secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC)-, aseguró que el encargado de suceder a su hermano mayor no es una persona sino una institución, el PCC, bajo una dirección colectiva. Dijo, además, que se favorecería el debate y la discrepancia y que se repartirán funciones como nuevo método de gobierno, y que los dirigentes históricos cederán "paulatinamente" el poder a las nuevas generaciones.

Dos días después de estas declaraciones programáticas, el Parlamento cubano realizó su segunda reunión ordinaria del año. Sentado junto a la silla vacía del comandante, Raúl llevó los debates con un estilo directo, haciendo buena su fama de dirigente práctico y con los pies puestos en la tierra. Cuando algunos funcionarios empezaron con la habitual retórica burocrática y justificativa, el jefe del Ejército pidió a ministros y diputados que no dieran evasivas sobre problemas reales que afectan a la gente. "De justificaciones estamos cansados en esta revolución", afirmó.

Un empresario extranjero con inversiones en el sector agrícola cubano quedó "sorprendido" de cómo Raúl Castro enfocó el tema de la ineficiencia y la falta de productividad de este sector, "cuando echó un rapapolvo a los responsables estatales de impagos de deudas a cooperativistas y campesinos privados". "¿Cómo el país piensa incrementar la entrega de alimentos a la población si, por trabas burocráticas, no se cumplen las obligaciones contractuales de pago con estos productores, que aportan hoy el 65% de la producción agropecuaria", preguntó el jefe del Ejército. Acto seguido, pidió que en la próxima reunión se presentara un informe "concreto" sobre las causas y soluciones de este conflicto.

De igual modo, al abordarse los problemas del transporte y la vivienda, dos de los que más castigan a la población, el general mostró un talante "práctico y nada complaciente", a juicio de un embajador europeo invitado a la inauguración de la sesión parlamentaria. Según este diplomático, el "nuevo tono" de Raúl y su preocupación por "la efectividad y los resultados" no significan en modo alguno que el ministro vaya a impulsar cambios estructurales, y mucho menos de rumbo: "La etapa en la que estamos es la de intentar hacer más eficiente el sistema".

Un economista cubano recuerda cómo en el pasado Raúl impulsó el denominado "perfeccionamiento empresarial" dentro de las empresas militares a su cargo. "A mediados de los años ochenta, cuando el país por iniciativa de Fidel estaba inmerso en el Periodo de Rectificación de Errores, que supuso una vuelta a los estímulos morales, el cierre de mecanismos económicos de mercado que habían resurgido en la isla, y en definitiva el regreso a la economía centralizada, Raúl ensayó fórmulas que iban en una línea totalmente opuesta dentro de las Fuerzas Armadas".

El perfeccionamiento implicó fundamentalmente descentralización, autonomía empresarial y la restitución de una serie de mecanismos financieros, como la vinculación directa entre salario y resultados para estimular la productividad, sin impedimentos para que algunos cubanos ganaran mucho más que otros. "También Raúl, en medio del Periodo Especial, fue responsable de la reapertura de los mercados agropecuarios, regidos por la ley de la oferta y la demanda", señala el economista.

Siempre se ha dicho que Raúl ve con interés las experiencias socialistas de China y Vietnam, países en los que estuvo por última vez en 2005. Y son bastantes los cubanos que apuestan porque su Gobierno propiciará una paulatina apertura "a lo vietnamita", por supuesto sin ceder poder político, aunque sabiendo que, en economía, unos cambios conllevan a otros.

"En este momento todo son expectativas e incógnitas; Raúl sigue siendo un enigma, y es demasiado pronto para despejarlo", asegura un diplomático latinoamericano, y así opina buena parte de la población. El argumento más sólido de los que piensan que el ajedrez económico cubano se moverá en 2007 es "la necesidad objetiva de que haya cambios económicos". Los más pesimistas aseguran que el "nuevo estilo" de Raúl se quedará sólo en las formas, cero contenido, más de lo mismo. Sin embargo, los defensores de que habrá cambios arguyen que si se busca productividad y resultados, hay que incentivarlos y admitir experiencias hasta ahora rechazadas. Raúl, dicen, estaría dispuesto a ello, pues esta informado del estado de ánimo en la calle y es sensible a las expectativas populares, que son grandes. Sabe, además, que lo que está en juego es nada menos que la "continuidad" de la revolución.


¿Una Cuba socialista, pero diferente?

"Ahora cualquier señal es importante", aseguraba, al calor de un mojito y de un plato de puerco asado, y bien entrada la noche, un cubano de a pie en una fiesta de fin de año. Una semana después de la reunión del Parlamento, el diario oficial Granma publicó un extenso artículo sobre el encuentro sostenido por Raúl con un grupo de "productores destacados de la agricultura urbana".

Casi al terminar el reportaje, Granma reseñaba que el jefe del Ejército "reiteró que siempre que los productores cosechen mucho y sobre todo que vendan a precios módicos, no importa lo que ganen por mes".

La cita no pasó desapercibida a los que se afanan por descubrir pistas de por donde podrían ir las cosas en 2007. "Fidel es alérgico al dinero y a que la gente se enriquezca; Raúl no", señalaba un empresario extranjero, que llamaba la atención sobre otro artículo, publicado el 31 de diciembre por Juventud Rebelde.

Bajo el título de "Dibujo de la Cuba futura", el diario resumía los resultados de una inusual encuesta realizada a 280 cubanos sobre como imaginaban su país en 2020. Todos "sin excepción" hablaron de la necesidad de mejoras económicas, y en especial de que el salario recobre el valor que hoy no tiene. "Que con nuestro dinero, en el 2020 podamos asistir a todos los lugares", dijo uno; otros, "que haya una Cuba socialista con mayúscula, diferente pero igual a la de hoy".

En el Parlamento, Raúl alentó a la prensa cubana a jugar un nuevo papel en este momento histórico de la revolución. Pero un fiel advertía: "Quien intente contraponer las ideas y la práctica de Fidel y Raúl no entenderá nada. Todo lo que esta pasando está perfectamente cuadrado entre los dos hermanos, como siempre ha sido desde 1959".

http://www.elpais.com/articulo/internaci...lpepiint_20/Tes

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La distancia no es la causa para que nazca el olvido.


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02.01.2007 17:16
avatar  Chaval
#2 RE: La incógnita Raúl Castro
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Rey/Reina del Foro

Zitat von ElHombreBlanco
una inusual encuesta realizada a 280 cubanos sobre como imaginaban su país en 2020.
ENTRE LA REALIDAD Y LA RETORICA

UNA ENCUESTA REALIZADA por el periódico Juventud Rebelde y publicada en su edición dominical muestra que las aspiraciones de los jóvenes cubanos son similares a las de otros en cualquier país, pero también en un nuevo ejemplo de una tendencia a enfrentar los problemas de la Isla de forma más realista, que parece ir ganando terreno lentamente.
Más de 280 jóvenes —de varios sectores sociales y provincias, según los realizadores del reportaje— respondieron a preguntas sobre cómo imaginaban su futuro y el destino del país dentro de varios años. “¿Cómo quisieras que fuera la Cuba del 2020”, fue la pregunta formulada por los periodistas de Juventud Rebelde.
Por supuesto que se trata de un sondeo realizado por un periódico oficial, con las conocidas limitaciones a la libertad de expresión existente en Cuba y no es un estudio científico. Pero todas estas limitaciones no impiden que en los resultados se destaquen algunos aspectos interesantes.
El periódico señala en primer lugar lo que puede considerarse el núcleo político e ideológico de la información: no hay cuestionamiento al socialismo ni al sistema imperante. Algo nada sorprende conociendo la fuente.
La mayoría pidió que en el 2020 ‘haya una Cuba socialista con mayúscula, diferente pero igual a la de hoy, donde vivir hasta que me venga la muerte’”.

Deslindada esta declaración “de principios”, vale la pensa preguntarse a qué responde la aparición de este trabajo en el segundo periódico en importancia nacional.
Lo primero es que la encuesta está dirigida a los jóvenes y se refiere a una nación hipotética, que supuestamente existirá de aquí a 12 años. El período de tiempo escogido permite cierta libertad a los encuestados y periodistas para expresar criterios. El trabajo supone que quienes en la actualidad dirigen el país ya estén muertos para esa fecha.
“El socialismo cubano del siglo XXI, como lo ven nuestros jóvenes de hoy, deberá ser una sociedad donde no exista la corrupción y mejore la atención al obrero, al cual se le exija pero a la vez se le den más condiciones de trabajo y vea en su salario un pago justo a sus esfuerzos”, dice Juventud Rebelde.
Todas estas premisas y justificaciones políticas e ideológicas —muchas más que las planteadas aquí a manera de ejemplo— sirve para permitir que se señalen una serie de errores y deficiencias actuales. Es decir, en un recurso muy utilizado para eludir la censura en los países totalitarios, hablar del futuro sirve para critica el presente.
“Me gustaría empezar —aclaraba uno de los jóvenes— por un anhelo de muchos: que la doble moral desaparezca por completo.() Quiero convivir con personas más conscientes en todos los aspectos; personas que puedan en realidad hacer valer sus conocimientos”.
Este hecho se enfatiza aún más en el siguiente párrafo: “pues hay quienes suelen pedir a los colectivos que dirigen honradez, ahorro, sacrificios, cuando ellos mismos jamás lo hacen”.

El mismo periódico afirma que todos los encuestados señalaron la aspiración en un mejoramiento de la situación económica.
“Quisiera un país en el que el dinero le alcance a las personas para sus necesidades, que los precios de los productos estén en correspondencia con el salario de los trabajadores y que siga la igualdad entre todos», decía uno de los jóvenes interrogados”, dijo otro encuestado.
Una Cuba en que la diferencia sea precisamente diferencia: que el obrero, el técnico, el profesional puedan vivir mejor que los negociantes y los vagos”, mencionó otro.
Así mismo, algunos jóvenes señalaron que “ahora sólo pueden acceder a los mejores productos y servicios aquéllos que tienen divisas”, así como el hecho de que se han “abierto grandes desigualdades” en la nación.
Una joven universitaria espera una Cuba “sin apagones, sin prostitución” y un chofer imaginó un país “con la carne de puerco más barata, con los programas de suministro de agua al kilo, con ómnibus cada 10 minutos, con la carne de res otra vez todas las semanas... ¡Ah! y sin la necesidad de hacer este tipo de encuestas”.
El periódico Juventud Rebelde ha comenzado a publicar con cierta frecuencia reportajes y artículos en que ponen de manifiesto algunos de los problemas que enfrentan los cubanos hoy en día, como la corrupción generalizada, las deficiencias en los servicios y la pésima distribución de los productos.
Esta corriente crítica, enfocada dentro de los estrictos parámetros del sistema, parece destinada a reflejar en cierta forma lo que ya se anticipa como el estilo de gobierno de Raúl Castro, que de momento ejerce de forma interina las funciones de gobierno pero que continúa figurando en la prensa sólo como ministro de las Fuerzas Armadas y segundo secretario del Partido Comunista de Cuba.

Hay sin embargo una distinción que cada vez se hace más precisa entre el Granma, órgano oficial del Partido, y Juventud Rebelde: mientras el primero enfatiza cada vez más en la retórica revolucionaria y dedica un mayor espacio a una recordación diaria de la épica revolucionaria, el segundo comienza a reflejar, aunque aún de forma muy limitada, parte de la realidad nacional.
Esta dualidad se acentuará en los próximos meses, en la medida en que el país cambie de un gobierno con énfasis en los logros políticos a un gabinete centrado en buscarle solución a los problemas económicos.
En medio de un futuro incierto, no se puede aventurar aún una conclusión sobre el resultado de esta pugna entre dos estilos y las diferencias ya evidentes entre Fidel y Raúl en cuanto a un conjunto de prioridades, pero por primera vez se comienza a ver dentro del sistema la existencia de una línea de conducción que enfatiza la realidad económica por encima de las metas políticas.

http://armengol.blogspot.com/2007/01/ent...a-retorica.html


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