Cuba: Un estado jinetero

31.10.2003 17:15 (zuletzt bearbeitet: 31.10.2003 17:19)
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#1 Cuba: Un estado jinetero
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Gut auf den Punkt gebracht, so meine ich.

http://minidiario.com/cfinanciero/septie...ernacional2.htm


CUBA: UN ESTADO JINETERO


Desde que Cuba fue abandonada a su suerte por la disolución de la madre patria socialista, la economía de la isla cayó en un picado sostenido que ha llevado a la miseria a la mayor parte de su población. Circulando en dirección contraria por la autopista de la economía mundial, las peroratas doctrinarias del Comandante en Jefe no han sido suficientes para encontrar un camino de recuperación. Al gran timonel caribeño le es fácil encontrar culpables que hagan explicable la situación de ruina económica: cuando no es el bloqueo, es un huracán o la confabulación mundial de los oligarcas quienes han decidido hundir el precio del azúcar o declarar la guerra al consumo de tabaco.
A pesar de mantener la ficción de un sistema con tres monedas, el Gobierno cubano ha aceptado la dolarización de hecho de su economía. El problema es cómo conseguir esos dólares sin renunciar a los dos pilares en los que sustenta su poder: en el ámbito político, la dictadura de partido único bajo el estricto control de Fidel Castro Ruz, y en el económico, un régimen de economía planificada que ha burocratizado hasta extremos grotescos los circuitos económicos, provocando un elevado coste de ineficiencia.
Finalmente, los dirigentes cubanos han aceptado que la solución venga de la mano del turismo, lo que supone abrir las puertas del país a millón y medio de ciudadanos extranjeros cada año. La decisión no ha sido fácil porque supone empezar a resquebrajar el muro de silencio e ignorancia que el régimen ha ido construyendo respecto de lo que sucede fuera de Cuba.
El objetivo es claro: obtener del turista la mayor cantidad de dólares al menor coste posible y conseguir que esta moneda recale en las arcas gubernamentales. Como corresponde a un país de economía planificada, el principal protagonista es el propio Estado, quien fija las zonas de desarrollo turístico, las inversiones, los lugares que se pueden visitar y quién puede hacerlo, las personas que se encargan de las diferentes ocupaciones, los precios y los salarios que deben percibirse y también los gestores de cada uno de estos servicios. El resultado, como cabria esperar, es el de una enorme desproporción entre el elevado precio del producto y la pésima calidad del mismo, en todas aquellas actividades donde está presente la mano del Estado. La situación mejora ostensiblemente cuando el gestor es privado y tiene ciertos márgenes de libertad, para fijar precios, objetivos, organización del trabajo y sistemas de control de calidad, como ocurre en muchos de los Cayos que administran algunas cadenas hoteleras españolas.
Pero hay un segundo procedimiento mucho más sofisticado, casi tanto como el sistema represivo instalado en la isla. Consiste en poner a trabajar a toda la población para conseguir que el Estado recaude el mayor número posible de los dólares que a él se le escapan, por los mecanismos regulares establecidos. El primer paso consiste en fijar unos salarios públicos (percibidos en pesos por toda la población laboral) ridículamente bajos (el equivalente a unos 20$ mensuales) con los que es imposible subsistir en condiciones de mínima dignidad. A continuación debe establecerse un doble circuito de distribución: el que funciona con el peso cubano, reservado a los propios cubanos y donde pueden obtenerse muy pocos bienes, de pésima calidad, aunque a precios subvencionados, y el que funciona con dólares, donde puede encontrarse casi de todo, pero a unos precios inabordables para los que sólo obtienen ingresos en pesos.
En este contexto los ciudadanos se ven obligados a conseguir divisas dónde sea y cómo sea. El "jineterismo" es fruto de esta situación y no del carácter amable del pueblo cubano, que de forma natural le lleva a mantener todo tipo de relaciones con el primer forastero que se encuentra. La tradicional amabilidad de este pueblo se ha trastocado en muchos casos en un intento desesperado de conseguir que el turista se desprenda de algunos dólares, ya sea comprando leche en polvo para una niña necesitada, por padecer la compañía de un guía que sirve fundamentalmente para ahuyentar a otros pelmas o siendo timado en la compra de los puros falsos más auténticos que uno pueda imaginar. No hay acción gratuita. Todo gesto conlleva una recompensa, y en ello participa desde el ingeniero -taxista a horas libres-, hasta el buscavidas de la Habana vieja.
El fruto en dólares del jineterismo masivo y claramente consentido por la autoridad, tiene un único recaudador: el Estado. Mediante la economía paralela establecida en dólares, cualquier cubano que quiera comprar un electrodoméstico, tomarse una cerveza, comprar leche en polvo, comer carne de forma más o menos habitual, conseguir huevos o simplemente los medicamentos que le han sido recetados en el sistema sanitario estatal, deberá acceder al circuito del dólar. Todos y cada uno de estos productos son proporcionados por el propio Estado, quien detenta el control de los mecanismos de producción y de distribución en la isla.
En Cuba, el jineterismo no es una actividad marginal ejercida por grupos de ciudadanos espabilados que quieren salir de la miseria; es uno más de los mecanismos que el Estado tiene establecidos para llevar a extremos delirantes la sobreexplotación de sus propios súbditos.

Wer dieses Thema noch vertiefen will, bitteschön. Hier eine Seminararbeit zum Thema: (LOL)

http://www.trinitydc.edu/academics/depts...s/Jineteros.pdf



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