Sandra de los Santos viajó seis horas en posición fetal dentro de un paquete grande
Jueves 17 de noviembre de 2005


La corajuda Sandra de los Santos se aburrió de Cuba y enrumbó hacia Miami.

Sandra de los Santos se disfrazó de caja una vez, y ese hito marcó el límite entre su pasado en tierra cubana y su porvenir en suelo estadounidense.

Esta muchacha de 25 años, ex estudiante de Derecho en la Universidad de La Habana, decidió abandonar la isla para buscar nuevas oportunidades en la tierra del Tío Sam. Por eso ahorró durante cuatro años, hasta que en mayo de 2004 logró enrumbar hacia Nassau, Bahamas.

Desde aquí se las ingenió para llegar a Miami: averiguó la dirección de un taller de barcos localizado en esta ciudad, consiguió una caja para motores de barco, se metió adentro y se hizo despachar a través de la empresa de envíos internacionales DHL.

El 24 de agosto fueron seis horas de viaje ovillada como un feto, y le hizo orificios a la caja para respirar. Al llegar al aeropuerto de Miami, alguien avisó que esa caja estaba rara, la revisaron y la detuvieron.
Finalmente, ayer el juez de inmigración estadounidense Rex Ford le concedió el asilo político, tras un proceso legal que duró casi 15 meses.

Hasta el final no estuvo segura. En Estados Unidos existe la llamada Ley de Ajuste Cubano que concede asilo político al año y un día del arribo. Sin embargo, están exceptuados del beneficio quienes llegan como polizones.
Por eso la estrategia de su abogado, Willy Allen, fue correcta. Esgrimió que la publicidad que le dieron los medios de comunicación al caso de Sandra, le significaría ser objeto de acoso político si volvía a Cuba.

"Sus declaraciones fueron muy creíbles para el juez, que le concedió el privilegio de asilo. Insisto en esa palabra que a veces olvidan muchos inmigrantes: privilegio", dijo Allen.
La defensa usó también las opiniones del profesor Enrique Patterson, experto en temas raciales de Cuba, de la sicóloga Bárbara Palomino, y de José Cohen, ex oficial de la inteligencia cubana.

Sandra, cuya única obsesión ayer en la tarde era llamar a su abuelita en La Habana, declaró: "Creo que de estar otra vez ante ese viaje, lo pensaría dos veces".
La chica, que estudia inglés y quiere ser técnica de ultrasonidos, agregó: "Todavía estoy nerviosa, pero hoy (ayer) me considero tocada por la felicidad".
Quelle:http://www.lun.com/internacional/detalle...386729062461574
Nos vemos
Dirk
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