La caída del tirano - Der Fall des Tyrannen

04.11.2004 22:22
avatar  ( Gast )
#1 La caída del tirano - Der Fall des Tyrannen
avatar
( Gast )

La caída del tirano

Por: Tania Enríquez Mier / OEM
Publicado: Viernes, 29 de Octubre de 2004 8:58 AM

La semana pasada – el jueves 21 para ser exactos- vimos las imágenes de la caída del presidente cubano, Fidel Castro, quien tropezó en forma dramática al bajar del escenario desde donde se había dirigido a miles de estudiantes durante un acto político-cultural en la ciudad de Santa Clara. “Hasta la victoria siempre” –la consigna más famosa del Che Guevara- fue la última frase que pronunció antes de su estrepitosa caída. Minutos después, el líder cubano de 78 años de edad aparecía en los medios de comunicación sentado en una silla, anunciando él mismo, ‘para evitar especulaciones’, su estado de salud. En su rostro descompuesto se reflejaban el dolor ocasionado por las lesiones sufridas en una rodilla y un brazo, y el miedo de que el mundo viera en él, a un hombre débil y derrotado.

Las fotos del “derrumbe” de Fidel no sólo dieron la vuelta al mundo instalándose en las primeras planas de los periódicos, sino que pusieron otra vez sobre el tapete de las discusiones, simbólicamente, la caída progresiva e inevitable de su régimen. El destino deparó un tropiezo inesperado al comandante que lleva 45 años ejerciendo el poder de manera absoluta, dejando de manifiesto que el líder todopoderoso también es vulnerable. Su imagen envejecida y cansada anuncia por si sola la agonía de su dictadura.

La salud del mandatario cubano ha sido un secreto celosamente resguardado por sus allegados y se ha convertido en una interrogante internacional, que abre las puertas a nuevas especulaciones e incertidumbres. Sobre todo después del primer achaque en público en el 2001, cuando Castro se desmayó frente a miles de espectadores mientras pronunciaba uno de sus largos discursos en la Habana. El desvanecimiento duró unos cuantos minutos y fue atribuido al calor excesivo y al sol de aquel día.

Si bien en aquella ocasión como ahora, para muchos fidelistas la salud del mandatario ha sido causa de preocupación y conmoción; para sus opositores el hecho ha sido considerado otra vez como una señal renovada de esperanza en la libertad. Hay inclusive quienes aseguran que sólo la muerte de Castro permitirá la democratización del país: la propia vicepresidenta de la Comisión Europea, Loyola de Palacio, es una de ellos, y no se ha cansado además de condenar las violaciones que se cometen diariamente a los derechos humanos al amparo del régimen castrista. Bajo la vieja premisa: “con la revolución todo, contra la revolución nada”, el gobierno de Cuba ha intentado destruir y reprimir a una sociedad civil critica que emerge pacíficamente. Así, durante la llamada primavera negra del 2003, en la isla caribeña se arrestaron y encarcelaron a 75 opositores y periodistas acusados por el “delito” de escribir y hablar en contra del régimen: en “lenguaje castrista”, tan “grave” hecho es calificado de “subversión”, ni más ni menos. Estratégicamente, Castro desencadenó esta ola represiva mientras la atención del mundo estaba centrada en la guerra de Irak.

El opositor Juan Carlos Herrera, condenado a 20 años de prisión, escribía tras las rejas: “Dos veces el tirano en jefe me ha llevado a prisión. ¿Delito? No estar de acuerdo con el poder omnipresente que produce escozor a la nación.” Asimismo, decía el poeta y periodista Manuel Vázquez Portal, condenado a 18 años de prisión, “La política ha de ser amor por el prójimo (...) Cuando la política deje de ser un arte de rentables convenios, un juego de pactos sustanciosos, un ardid de ‘maquiavelos’, y se convierta en manto amoroso para proteger a lo creado por Dios, Dios la dotará de esa fuerza inderrotable que posee el amor.”

Durante mucho tiempo la comunidad internacional se calló -entre ellos México-, ante las injusticias cometidas por el dictador. El silencio hoy en día representa una irresponsabilidad. No se pueden negar estos años de inmovilismo político, económico y social, bajo la tutela de un personaje tirano que divide y hostiga a su propio pueblo. Tampoco se puede borrar la lista de asesinatos o torturas cometidas, ni a los cubanos que han perdido la vida huyendo del terror impuesto en la Isla. ¿Cómo se puede legitimar un gobierno que sigue en su sitio por el puro imperio de la fuerza sin preocuparse por consultar la voluntad del pueblo, y que no tiene que rendir cuentas a ningún tribunal por sus crueles e injustos excesos? Todos los valores fundamentales de la democracia han sido destruidos: los derechos humanos, la libertad de expresión y asociación, el derecho a discrepar y el poder de los ciudadanos de elegir a sus gobernantes.

Decía Castro bromeando luego de su primer desmayo en público: “cualquiera diría que me hice el muerto para ver el entierro que me hacían’. Difícil de saberlo. Seguramente sería un entierro que simbolizaría el derrumbe de una brutal dictadura -la muerte del gran líder que liberó a su pueblo de las cadenas imperialistas para esclavizarlo a la opresión del comunismo totalitario- y el fin de un régimen opresor que no supo entender las necesidades de su pueblo y los cambios del mundo. Pero esa cita, Fidel Castro la tendrá con la historia y con el pueblo cubano.

La caída del dictador nos hizo recordar otros derrumbes: los de las estatuas de tiranos como Stalin en Rusia y Ceausescu en Rumania, derribadas por quienes querían simbolizar con estos hechos, el fin de la tiranía comunista. La historia nos ha mostrado el destino de aquellos tiranos que sometieron a sus pueblos. Tal vez, este tropiezo nos indique el principio del fin de un espejismo nacido hace 45 años bajo el ardiente sol caribeño.

*Candidata al Doctorado por la Universidad de París.
Email: taniaenriquez@yahoo.com.mx


 Antworten

 Beitrag melden
04.11.2004 22:46
avatar  Chris
#2 RE:La caída del tirano - Der Fall des Tyrannen
avatar
Rey/Reina del Foro

 Antworten

 Beitrag melden
Seite 1 von 1 « Seite Seite »
Bereits Mitglied?
Jetzt anmelden!
Mitglied werden?
Jetzt registrieren!