La culpa la tiene el totí

14.11.2007 20:19
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#1 La culpa la tiene el totí
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Rey/Reina del Foro

Lucas Garve, Fundación por la Libertad de Expresión


LA HABANA, Cuba, noviembre (http://www.cubanet.org) - Arturo fue a montar tras de mí en una camioneta Ford de 1950. Por no bajar la cabeza ni doblarse lo suficiente, se golpeó con el borde del techo del vehículo. Entonces, para escapar de la risa de los demás pasajeros exclamó que la culpa del golpe la tenía el presidente Bush. Y así ocurre frecuentemente: cada mal paso que damos la culpa la carga otro.

En Cuba conocemos bien el asunto. Si las galletas de sal que venden racionadas son tan duras que no hay quien le meta el diente, la culpa la tiene el imperialismo. Si un apagón no me deja ver la emisión de la telenovela, la culpa la carga el mismo imperialismo. Si la esquina de la calle está ocupada por un montón de basura y las moscas revolotean sobre ella, la culpa es de quien tú sabes: del imperialismo.

Si Juanita llega tarde al trabajo, con toda parsimonia descarga su pereza en el imperialismo, por aquello de que el transporte está pésimo porque no hay suficientes ómnibus cada mañana a causa del bloqueo del imperialismo. Y sigue su camino hacia su puesto de trabajo sin ninguna pena.

Lo que sí es una pena en Latinoamérica es que todavía carguemos con la monserga de echarle la culpa a otro para ocultar nuestras faltas. Una costumbre que nos viene de no sé dónde, pero no acabamos de despojarnos de ella.

El buen tino y la franqueza caracterizaron al presidente español José Luis Rodríguez Zapatero en la sesión plenaria de la 17ma. Cumbre Iberoamericana transmitida por los dos canales principales de la televisión cubana el domingo 11.

Zapatero opinó que hay que ocuparse más en hallar soluciones reales en concordancia con las posibilidades de cada cual y no perder el tiempo en echarle la culpa del atraso y la pobreza de Latinoamérica al imperialismo y los europeos.

De inmediato la riposta, con el ímpetu del látigo de Doña Bárbara, no se hizo esperar en boca de dos mandatarios presentes, y el guirigay daba pena. Pena porque me di cuenta de que a estas alturas del siglo XXI, todavía la obra de Domingo Faustino Sarmiento, Civilización y barbarie, sigue rondando las mentes de algunos americanos del sur. Pena por los recursos inmensos que se gastan en políticas encaminadas al fracaso en países que navegan por el desabastecimiento cotidiano. Pena por constatar cómo el pasado aún lastra y sirve para abrirse las venas y desangrarse en improperios dirigidos al más pinto de la paloma, cuando lo que hace falta es mirar al futuro y elegir el camino más directo al desarrollo para no quedarse atrás en los avances tecnológicos. Pena por observar el pataleo del caudillismo ante las estocadas de la modernidad y la democracia real. Pena por no aceptar la verdad del otro con tolerancia y racionalidad.

Hace unos días un vecino me detuvo para transmitirme una conclusión que rondaba su mente. Razonó que en los años 60 e incluso en los 70, ciertos países del Asia ni soñaban en despegar económicamente, mientras en Cuba, sembraban café en aquel dispendioso cordón cafetalero de La Habana, luego en la prometedora zafra de los 10 millones, el plan lechero, la siembra de pangola, el plan arrocero del sur, los planes citrícolas, etc. Movilizaciones de miles de cubanos se sucedían una tras otra hacia los campos los domingos. Entonces en aquellos tiempos, él, joven todavía, empeñaba sus fuerzas en lo que sería el luminoso futuro prometido.

Ahora, luego de cumplidos los 60 años, se pregunta para qué sirvieron y a qué condujeron aquellos planes en los que participó con empeño juvenil, si no hay prácticamente producción azucarera, ni leche de vaca, y la carne de res es un recuerdo lejano. Aquel joven, ya viejo, no tiene agua corriente en su casa, y todavía le dicen que hay que cambiarlo todo. Y aquellos países perdidos en el último confín de Asia, hoy son reconocidos como potencias económicas.

Pero la culpa la tiene el imperialismo, y el día que no exista el imperialismo, la tendrán aquellos que un senil burócrata señale con un dedo deformado por la artritis. O el totí.
http://www.cubanet.org/CNews/y07/nov07/14a8.htm

Nos vemos
Dirk

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