Por Milagros López de Guereño / Corresponsal ABC.es en La Habana

Bitácora Cubana, 26 de febrero de 2007 - La Habana - (ABC.es)

Sorpresa. Es la palabra que mejor define la decisión de las autoridades cubanas de no renovar la acreditación a tres corresponsales extranjeros, que en la práctica les obligará a abandonar el país en un plazo de 90 días. Entre los periodistas extranjeros nadie esperaba una cosa así y tampoco hay pistas sobre el porqué de la medida. «Nadie lo entiende, pero no cabe duda de que es un aviso para el resto de nosotros», nos comentaba un corresponsal con años de permanencia en Cuba. Su opinión era compartida por muchos de los colegas consultados.

Nunca antes el gobierno de Fidel Castro, quien el 31 de agosto delegó el poder en su hermano Raúl, había tomado una medida tan radical y simultánea. En los años 80 se produjeron expulsiones de dos periodistas de la Agencia France Press y uno de Reuters, quienes en cuestión de horas fueron colocados en un avión. Ahora no se puede hablar formalmente de una expulsión pero en la práctica los corresponsales no pueden seguir en Cuba. Su visado está atado a su trabajo en la isla, y a partir del 28 de octubre, cuando vence la acreditación, ya no podrán trabajar.

La semana pasada, el Centro de Prensa Internacional (CPI) -organismo dependiente del Ministerio de Relaciones Exteriores- había abierto el proceso anual de entrega de acreditaciones a los cerca de 150 periodistas que trabajan para la prensa extranjera.

En el primer listado que informaba sobre las citas que se envió por correo electrónico faltaban bastantes medios, por lo que inicialmente se pensó que era un problema burocrático y no hubo alarma. Sin embargo, el español César González-Calero, del diario mexicano «El Universal» -medio que habla de «expulsión virtual» y «atentado a la libertad de prensa»-, Gary Marx, del diario estadounidense «The Chicago Tribune» y el británico Stephen Gibbs, de la BBC, quedaron excluidos.

González-Calero podrá seguir viviendo en La Habana como dependiente de su esposa, también corresponsal extranjera. Marx podrá quedarse hasta que sus hijos terminen el curso, y Gibbs tiene un plazo de 90 días para abandonar el país, aunque la BBC aseguró en un comunicado que negocia con Cuba su permanencia. Ninguno podrá escribir sobre la isla. Fuentes diplomáticas aventuraron que la televisora inglesa estaría presionando con el cierre de la oficina en La Habana.

José Luís Ponce, director del Centro de Prensa Internacional (CPI), indicó a ABC que «el CPI tiene la facultad de retirar una acreditación si considera que los despachos no se ajustan a la objetividad».

«Tiempo suficiente»

Según el funcionario, «se ha conversado con ellos durante años. Llevan varios en Cuba, y tomamos la decisión de que era suficiente». Explicó que no han hecho más que aplicar el reglamento que en diciembre pasado fue actualizado.

En su artículo 46 cita que el CPI, cuyos trabajadores deben leer todos los despachos de los periodistas extranjeros además de ocuparse oficialmente otros aspectos que nos afecten, «puede retirar definitivamente la acreditación transitoria o permanente cuando el titular realice acciones impropias o ajenas a su perfil y contenido de trabajo, así como cuando considere que ha faltado la ética periodística y/o no se ajuste a la objetividad en sus despachos».

No falta quien piensa que el endurecimiento tiene mucho que ver la recuperación de Fidel Castro, quien, según él ha hecho saber, se mantiene bien informado leyendo las noticias que publica la prensa extranjera.
http://www.bitacoracubana.com/desdecuba/portada2.php?id=4093