Castro, Chávez y el socialismo

17.01.2007 15:05
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Cubaliebhaber/in

Castro, Chávez y el socialismo
Publicado el 17 de January, 2007 en Internacional
La superestructura montada por Fidel Castro para justificar su dictadura es monstruosa y no deja espacios de libertad pues las opciones de pensamiento diferentes están fuera del alcance del individuo cubano logrando con esto que el sujeto solo conozca y aprenda lo que quiere Fidel. Los planes de estudio obligatorios han sido instrumentados para el adoctrinamiento marxista y han abordado la formación de las nuevas generaciones desde un verdadero reduccionismo cosmovisional. ¿Esto es educación? ¿Esto es un provecho social? Claro que no, es algo peor que el no tener educación. De este modo es imposible que el ciudadano cubano conozca la realidad y en términos marxistas, que tome conciencia de la situación eh intente una forma de ruptura de la alineación.
¿Qué hay de revolucionario en alguien que hace todo lo posible para mantener el status quo?

Cualesquiera que sean los programas de los gobiernos, el estatismo consiste, inevitablemente, en trasladar las cargas del sistema agonizante de los más fuertes a los más débiles (…)El estatismo frena el desarrollo de la técnica, al sostener a empresas no viables y al mantener capas sociales parasitarias: en una palabra, es profundamente reaccionario

Leon Trotsky – La revolución traicionada

Frank Hahn, distinguido critico del capitalismo del laissez- faire, algunas vez afirmó “la mayoría de los marxistas no han leído nunca a Marx. Pero en realidad no podemos culparlos”.
En casi todos los debates políticos propiciados durante la década pasada, el clamor más fuerte provenía de los marxistas que criticaban la política de la Unión Soviética y sus satélites. Esto no es el comunismo de Marx vociferaban. Tienen razón por supuesto, en primer lugar Marx limitaba el comunismo a los países que había sido industrializados (aunque en la postrimerías de su vida consideraba la posibilidad de una eventual revolución en Rusia) Stalin tenia la difícil tarea de acelerar el ingreso de la Rusia agraria a la era industrial. Conforme la propuesta 1 y 9 del manifiesto comunista Stalin obligó a los campesinos a trabajar en las granjas colectivas y del Estado.

Durante el invierno de 1932-1933 dejó morir de hambre deliberadamente a millones de campesinos para quebrar su resistencia especialmente en Ucrania. Antes de Stalin, Lenín enfrenó dificultades políticas similares a tratar de volver a moldear la mente rusa. Durante su gobierno la dictadura del proletariado emergió como dictadura del partido una dictadura que tardaría mucho tiempo en desaparecer.

La Cuba de Fidel es solo un componente más a esta larga lista de chascos. Existen ciertas notas que hacen que el gobierno cubano sea netamente contrario a varios principios marxistas. El marxismo sostiene que la estructura burguesa encuentra su justificación en la superestructura inmanentes de valores y principios trasmitidos a través de las instituciones como la educación creando un campo inconciente de dependencia hacia el Estado y a las fuerzas dominantes. Vale decir que la concepción marxista tiene una raigambre libertaria ya que insita a romper los canales de dominación y alineación y es por eso que esta en contra, entre otras cosas, de la educación burguesa y de la propia religión que acentuaba el status quo. Por eso el sentido revolucionario de cambio del estado de cosas es el pilar de la doctrina marxista

Pues bien, la dictadura cubana rompió en teoría los supuestos canales de dominación burguesa pero creo otros más temibles y descaradamente más magnánimos. Castro suprimió la educación privada y reunió todo el alumnado bajo la tutela estatal en un proceso de extraordinaria homogenización pues los contenidos educativos se imparten del poder central.

Marx se oponía a las instituciones religiosas y a su contenido instructivo pues atentaba contra la libertad individual, creaba estructura de dependencia, incapacidad en la población de ver la realidad, de tomar conciencia de ella y de ese modo se imposibilitaba su actuar. Fidel Castro reproduce en Cuba, pero de una forma descocada y planificada, lo mismo que Marx tanto criticaba a la sociedad de su tiempo. A los 7 años los niños cubanos deben hacer el juramento comunista de forma obligatoria. El comunismo se ah convertido en una religión, y forzosa. El juramento es como el primer bautismo ¡Que diría Karl Marx de esto!

Marx vivió lo suficiente para ver como algunos de sus partidarios exaltaban sus leyes elegían pulpitos y administraban sacramentos. El anarquista Proudhon advirtió a Marx, de la siguiente manera, el peligro de hacer de su teoría un catecismo:

…después de haber abolido a priori todos lo dogmatismos, no intentemos en modo alguno involucrar otras clase de dogmas en la gente… Tengamos polémicas decentes y sinceras… Pero por el solo hecho de que estamos a la cabeza de un movimiento, no podemos erigirnos en conductores de una intolerancia, no podemos aparecer como apóstoles de una nueva religión… aun cuando esta religión sea la religión de la lógica, la religión de la razón.

En una oportunidad un marxista ilustrado que había estado en Cuba ante la pregunta referida sobre que piensan los cubanos de Fidel Castro contestó con delirante convicción y tono altanero
-¡hablan mejor de lo que habla un argentino de su presidente!- Digo, que pretender que un cubano hable mal de Fidel Castro es como aspirar a que una persona que a mamado el catolicismo desde su niñez y no conociera otra forma de adoración, hable mal del Papa.

Con esto no pretende aseverar que es imposible ser partidario de Castro pues en argentina en un contexto de autonomía de culto y libertad ideológica hay quienes adhieren a la mencionada dictadura. Pero comparar lo que piensa un argentino de su gobernante con lo que piensa un cubano del suyo y en base a eso inferir cual es el mejor sistema político es un despropósito que roza con lo absurdo. Pues como dije, los contextos sociales y políticos son diferentes. La superestructura montada por Fidel Castro para justificar su dictadura es monstruosa y no deja espacios de libertad pues las opciones de pensamiento diferentes están fuera del alcance del individuo cubano logrando con esto que el sujeto solo conozca y aprenda lo que quiere Fidel.

Los planes de estudio obligatorios han sido instrumentados para el adoctrinamiento marxista y han abordado la formación de las nuevas generaciones desde un verdadero reduccionismo cosmovisional. ¿Esto es educación? ¿Esto es un provecho social? Claro que no, es algo peor que el no tener educación. De este modo es imposible que el ciudadano cubano conozca la realidad y en términos marxistas, que tome conciencia de la situación eh intente una forma de ruptura de la alineación.
¿Qué hay de revolucionario en alguien que hace todo lo posible para mantener el status quo?

Por otro lado, la imputación también es inadmisible por que los argentinos tenemos libertad de propinar disímiles opiniones de nuestro presidente de turno, al revés de los cubanos que cualquier crítica a Castro significaría para ellos la cárcel o la muerte.
Es decir no hablan mal, pero si pudieran…

Volviendo al tema anterior sorprende positivamente que un ex tupamaro y actual diputado por el MPP, Luís Rosadilla, se haya decidido a hablar sobre la realidad cubana que acaba de conocer directamente, luego de su primer viaje a la isla (hecho por su propia cuenta): sus declaraciones a Búsqueda revelan una valentía intelectual de la que carecen sus compañeros de partido. Rosadilla miró con sus propios ojos, hizo a un lado esquemas mentales dogmáticos y actitudes emocionales anexas y sólo se limitó a relatar lo que vio: gente con salarios insuficientes y obligados a trabajar en la informalidad para poder sustentarse, transporte escaso y malo, taxistas que “intentan joderte”, restaurantes que eluden presentar la factura al cliente, una revolución que no ha producido un sistema político de libertades abiertas como el que nosotros tenemos (”no lo voy a inventar yo porque todo el mundo lo sabe”), inexistencia de la libertad de prensa, sólo hay órganos partidarios del partido único, concebida en términos uruguayos Cuba es una dictadura (”pueden pensar que soy un hereje”), el modelo cubano no es el que yo quiero, Fidel está excluido de cualquier crítica, sea en forma explícita o implícita… Finalmente, Rosadilla no vio por ningún lado al “hombre nuevo” que pregonó el “Che” Guevara.

El ideario comunista de una sociedad de iguales y sin privilegios se topa con una realidad enmarañada de injustas desigualdades con un pueblo sin derechos y una casta política privilegiada y opulenta. Castro, según la reconocida revista Forbes, es el séptimo gobernante más rico del mundo. Su fortuna personal asciende a los u$s900 millones. Detrás del cubano quedaron las reinas de Inglaterra y Holanda, con u$s500 millones y u$s270 millones respectivamente. El informe de la revista Forbes muestra cómo el presidente se enriqueció extraordinariamente en los últimos tres años. Aquí en argentina, también hay muchos revolucionarios con automóviles 4×4, enquistados mercenarios de la educación y millonarios piqueteros que trabajan de pobres.

Como se advierte la doctrina de igualdad entre gobernantes y gobernados esta lejos de concretarse en el macrocosmos isleño. Los logros sociales se convierten en burda propaganda trasmitida, entre otros medios, por su flamante panfleto televisivo Tele sur. En vez de departir y vociferar tanto seria interesante que se ocupen del déficit habitacional de la isla que supera ampliamente el millón de viviendas. La tasa de divorcios es altísima (60%), y disminuye aceleradamente la tasa de natalidad. Los supuestos avances cubanos en materia de salud solo están al servicio de los extranjeros (que tienen dinero para pagarla), no de los naturales. La deuda pública cubana ronda los 35 mil millones de dólares sin contar la deuda en rublos convertibles contraída con la URSS. El fracaso económico y social esta lejos de ser imputable al mal emplazado bloqueo norteamericano (ver artículo ¿Qué bloqueo? Por Celso Sarduy Agüero http://www.atlas.org.ar)

La autocontradicción es propia de esta apócrifa ideología. Durante los 90 Raúl Castro, hermano de Fidel, fue el arquitecto de las pálidas medidas de apertura económica que trajeron un respiro a la población, en medio de la gigantesca crisis producida por el fin del subsidio soviético, luego de la caída del Muro de Berlín. El sistema se hunde en el propio sistema y la disyuntiva es saber si fracaso se debe al modelo o a su aplicación.
Por ahora la única igualdad conseguida por Fidel es que todos los cubanos sean iguales de pobres.

El socialismo en la praxis es lo más anti- social. Es un error pensar que Chávez nacionalizará o socializará las empresas de electricidad y teléfonos, como recientemente se anunció, por que en realidad las estatizara que no es lo mismo. Estatizar significa en los hechos que el servicio, ahora en manos privadas, pasará a pertenecer a otra empresa cuyo dueño es “nada más ni nada menos” que Hugo Chávez. Es decir seguirá siendo privada. Chávez declaró ser un Trotskista pero en la práctica se parece mucho a un estalinista aunque un poco más simpático. Desde 1923 en la URSS, la burocracia afirmó su hegemonía política en el Estado y el Partido: el incontenible ascenso de Stalin, que se convertiría en verdadero culto antes de que terminara la década, era el símbolo más superestructural de un proceso contrarrevolucionario. Del mismo modo el régimen cubano y a partir de ahora el nuevo régimen venezolano, se asemejan mucha a un capitalismo de Estado, modelo que lleva el dudoso laudo de ser lo más anti- capitalista pero también lo más anti-socialista que hay.

Andrés Romero en su enriquecedor trabajo “Socialismo y el Estado” afirma: “transición socialista debe ser concebida y preparada como un proceso de revolución y construcción consciente de los trabajadores y que, para ser tal, no puede estar sometida a la tutela del Estado. Por el contrario, los trabajadores deberán mantener bajo vigilancia y control al mismo Estado obrero, hasta la virtual extinción de la necesidad de toda forma estatal”

El marxismo en sus bases ve el devenir inexorable, tras la dictadura del proletariado, en el anarquismo libertario, en cambio el “castrismo” conduce al Estado hipertrofiado que es una nueva forma de carcelismo y servidumbre y un desgraciado retroceso a una etapa mesiánica superada, según el propio Marx, por el liberalismo. Si abolimos el fin del Estado, como lo hace Fidel Castro y su discípulo venezolano, el pensamiento de Marx ya no tiene sentido, porque entonces nada tiene fin, todo dura y todo sobrevive indefinidamente, y la historicidad desaparece no a causa de su fin sino a causa del estancamiento y de la detención del tiempo. Como en Hegel.

Al mismo tiempo, la dictadura del proletariado de la concepción marxista único medio eficaz para llegar al anarquismo, se convierte en el castrismo en el imperio del Partido, vale decir, de Fidel Castro.
Marx aspiraba a la dictadura del proletariado no a la dictadura de Fidel Castro.

Por ahora el fin teológico de los neo comunistas parece ser el mismo que el de sus malogrados antecesores debido a que es muy difícil esperar resultados distintos del que lleva a cabo industrias similares. ¿Es el camino de Fidel y de Chávez el mismo que emprendió Stalin contrariando los principios marxistas? Por ahora pareciera que si: Dictadura del dictador, en vez de dictadura del proletariado, fin teleológico Estatista, en vez de un desenlace anarquista.

Autor: José Guillermo Godoy
Estudiante de Derecho de la Universidad Nacional de Tucumán

http://www.lahistoriaparalela.com.ar/200...-el-socialismo/

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Castrocomunismo: Sistema asimétrico de desgobierno que para cada solución tiene un problema.
Democracia alemana: sistema de gobierno financiado con barril sin fondo a costa de germanos devotos y sumisos, a quienes se les cobra por valor agregado, aportes de solidaridad o impuestos politicos declarados por falta de competencia e ineptitud de sus politicos.


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