Noch ein junger Schwarzer gerät auf die schiefe Bahn

07.10.2003 06:31
avatar  ( Gast )
#1 Noch ein junger Schwarzer gerät auf die schiefe Bahn
avatar
( Gast )

In Antwort auf:
Otro joven negro se ha perdido

SANTIAGO DE CUBA, octubre (http://www.cubanet.org) - Miembro de una familia negra condenada eternamente a la pobreza por las restricciones económicas y la discriminación racial en Cuba, mi joven vecino Toco buscó por la vía "fácil" cubrir sus necesidades juveniles y está hoy en prisión provisional, enfrentando una petición fiscal de cinco años de privación de libertad por arrebatarle la cadena de oro a una persona en plena vía pública.

Su madre, quien trabaja de sol a sol en una empresa estatal productora de flores ornamentales por un salario que no sobrepasa los seis dólares mensuales, se levanta todos los días a las 4.00 a.m. en busca de unos cuantos panes, que aquí llaman especiales, que compra a un precio de 3.50 y luego vende en 5.00 pesos, cuando regresa de cumplir su horario laboral. Pero todo ese esfuerzo es en vano, porque se vuelve insuficiente para mantener decorosamente a sus dos hijos.

Toco vive con su familia en un estrecho cuarto, en una casa que sólo posee tres habitaciones y que comparte con otras siete personas.

Lloraba como un niño pequeño cuando lo visitaron por primera vez en la estación policial de Micro Nueve. La madre indignada, le agredió en clara señal de desacuerdo por su mal proceder. El oficial instructor del caso tuvo que intervenir. Fue entonces que Roberto, Toco como le dicen desde niño, se acordó de tantos consejos dados por su padre, ex militar de bajo rango quien ahora labora de cartero en los correos de Cuba.

Muchas veces su mamá lo sacó, absorto, del grupo que cada noche se reúne en la esquina para contarse historias carcelarias, que casi siempre sobredimensiona el cuentista, y que calan, por desgracia, negativamente en las mentes de estos jóvenes de familia con bajos recursos.

Lo lastimoso es que este joven ya perdió su endeble oportunidad de ser un hombre de
bien. No volverá a la escuela donde aprendía el oficio de tornero. A partir de ahora conocerá la del bajo mundo y quién sabe si aprenda una mejor manera de delinquir en los años de encierro que le esperan.

Y es que, en la gran mayoría de los casos, los jóvenes salen con peor conducta social de la prisión. La llamada reeducación en el sistema penitenciario cubano no surte mayores efectos en ellos. Prisioneros de un sistema inoperante que no les da muchas oportunidades de cambiar, persisten en su actuar delincuencial y vuelven una y otra vez a la cárcel hasta el final de sus días.

Amordazada cualquier gestión individual que se haga para sobrevivir, las leyes cubanas tipifican como delitos las más inverosímiles formas de subsistencia. Cualquier cosa que se haga para sobrevivir decentemente es delito en Cuba, desde vender limones hasta comprar una libra de pescado a un particular.

Mientras tanto, el número de cárceles sigue aumentando. A vox populi se comenta que ya no dan abasto. La ciudad de Santiago de Cuba está literalmente rodeada de centros penitenciarios. La cárcel de Boniato al norte, la de Aguadores al sur, la de Mar Verde al oeste, y el centro penitenciario correccional de Damajayabo al este, prueban esta afirmación. Todo esto sin contar la cárcel provincial para mujeres y las decenas de centros correccionales ubicados en los municipios de la provincia.

Pero aún así, a diario continúan los arrebatos de prendas y carteras en esta ciudad . Sus ejecutores no exceden los veinte años de edad y en su mayoría son de la raza negra. Las condenas por estos delitos suelen llegar hasta los veinte años de privación de libertad. Sin embargo, Toco corrió con buena suerte. Cinco años de petición fiscal parece ser un sórdido acto de piedad para con él.

Castigar de este modo a adolescentes, casi niños, es realmente un crimen. Sus vidas se verán afectadas para siempre a causa de un problema que en buena medida no es su culpa.

El programa de superación para jóvenes desocupados puesto en marcha el año pasado es un débil disfraz político que el gobierno utilizó para demostrar que se trabaja en función de la juventud. La realidad es que el programa pretende adoctrinar ideológicamente a los muchachos, y como premio les otorga carreras universitarias sin apenas ningún esfuerzo. Los exámenes de admisión no son necesarios en este programa, mientras que los estudiantes de los institutos pre universitaros enfrentaron difíciles pruebas que muchos no pudieron rebasar. De esta forma fue eliminada la posibilidad de estudios superiores de miles de jóvenes que durante tres años se sacrificaron con ese objetivo, y puesta en manos de quienes quizás en muy poco tiempo la abandonen.

El futuro de Toco se volvió más oscuro que el color de su piel, y su madre tendrá que luchar hasta el cansancio porque su otro hijo no vaya a parar a prisión cuando crezca. Ojalá para entonces se respeten las libertades elementales de los cubanos y esta mujer pueda darle al pequeño todo lo que no pudo dar al mayor.




 Antworten

 Beitrag melden
Seite 1 von 1 « Seite Seite »
Bereits Mitglied?
Jetzt anmelden!
Mitglied werden?
Jetzt registrieren!